A medida que más y más estudios están demostrando, el viejo dicho "eres lo que comes" puede necesitar un apéndice: ". Duermes segun la forma de comer" Un nuevo estudio pequeño de la Columbia University Medical Center estima que más de unas pocas noches, la dieta puede hacer una diferencia en la calidad del sueño: Las personas que comían más grasas, y las dietas bajas en fibra eran más propensos a dormir mal en la noche que cuando comieron una dieta más saludable. Estaban en un laboratorio del sueño, por supuesto, y no en sus hábitats naturales. Pero si los resultados son aplicables a nosotros en casa, también - y es probable que sean - a continuación, un nuevo principio de la higiene del sueño podría ser no tener una gran cantidad de alimentos grasos antes de ir a dormir.
El equipo tuvo 26 participantes pasan cinco noches en un laboratorio del sueño. Durante los tres primeros días, comieron comidas-nutricionista diseñada, que eran altos en fibra y baja en grasas saturadas. En el quinto día, llegaron a comer lo que querían - estas comidas tienden a ser más altos en grasas saturadas, baja en fibra, y más altos en azúcar. El sueño de los participantes fue rastreado por polisomnografía después de comer las comidas más saludables para tres días, y la noche de la comida auto-seleccionados.
Le tomó a los participantes un promedio de 17 minutos en dormirse después de comer las comidas científico-diseñada. Pero les tomó 29 minutos para conciliar el sueño después de comer lo que querían. Y cuando lograron dormir, al comer comidas menos saludables estaba vinculada a dormir más ligero y más perturbado.
Si la dieta podría influir en el sueño de manera tan dramática en un estudio de cinco días, puede ser estar haciendo lo mismo, o peor aún, a largo plazo, dicen los autores. Y teniendo en cuenta las conexiones conocidas entre los problemas de sueño, alimentos y enfermedades crónicas como las enfermedades del corazón, los resultados son aún más emocionante.
"El hallazgo de que la dieta puede influir en el sueño tiene enormes implicaciones para la salud, dado el creciente reconocimiento del papel del sueño en el desarrollo de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares", dijo el autor del estudio, Marie-Pierre St-Onge.
Lo que es igualmente interesante (o inquietante) es que la conexión contrario también existe: Cuando dormimos menos durante la noche, tendemos a comer más al día siguiente - mucho más. De hecho, un estudio de un par de años atrás encontraron que cuando las personas fueron privadas de sólo 1,5 horas de sueño de una noche, fueron más propensos a consumir unas 500 calorías más que en los controles al día siguiente. Lo que sugiere que puede haber un círculo vicioso de comer mal, dormir menos, comer más mal, y así sucesivamente.
Probablemente hay varios mecanismos implicados en la conexión entre la mala alimentación y la falta de sueño, pero una es probable hormonal, por lo que la falta de sueño y / o comer una dieta poco saludable desencadena trastornos en-y-la saciedad del hambre sistema natural del cuerpo. Algunos también pueden ser psicológica - por ejemplo, cuando nos sentimos deteriorados y la pérdida de sueño, somos más propensos a comer para tratar de sentirse mejor o dar energía.
Pero lo que es clave en este estudio es el uber naturaleza de corto plazo del efecto. En sólo un día, el sueño de la gente fue interrumpido considerablemente, y en múltiples formas. Y que en sí mismo tiene muchas implicaciones, ya que los efectos de salud, buenos y malos, tienden a acumularse con el tiempo.
"Nuestro principal hallazgo fue que la calidad de la dieta la calidad del sueño influido", dijo St-Onge. "Fue muy sorprendente que un solo día de mayor consumo de grasas y fibra inferior podría influir en los parámetros del sueño."
Si esto es cierto, la imagen lo que toda una vida de malas elecciones de alimentos podría hacer que nuestro sueño. Y lo que toda una vida de malas decisiones del sueño podría hacer para la ingesta de alimentos.
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